KÜLACHI

Editorial: Küme mongen

Hoy en día, muchxs hablan del «buen vivir» como si fuera una frase que adquiere forma y sentido solo al pronunciarla. Sin embargo, de tanto invocarla y repetirla, especialmente en espacios que no profundizan en su praxis, se convierte en un falso comodín, en una propaganda que socava su potencial a cambio de un fetichismo ancestral o de excepcionalidades específicas, es decir, como si el buen vivir fuera solo para unxs pocxs, para algunxs elegidxs. Podemos percibir esto en discursos grandilocuentes, en procesos de campañas electorales e incluso en políticas institucionales implementadas recientemente en Ngulumapu.

No obstante, mencionar la frase no significa que se esté llevando a cabo un gesto transformador en nuestros territorios. Por lo tanto, es imperativo que, en el contexto neofascista que experimentamos, como un malestar conservador que retorna y peligrosamente se instala debido a la pasividad de ciertos sectores, la frase se convierta en cuerpo, en experiencia concreta y en posibilidad emancipadora. Küme Mongen no es la publicidad de un gobierno determinado, no es un eslogan vacío para una marca capitalista; al contrario, es una propuesta colectiva, política y afectiva para todas las formas de vida, más allá de un orden antropocéntrico. Porque no se puede concebir un buen vivir, sin un buen morir, como dice un querido poeta mapuche. Küme Mongen es una apuesta por la reciprocidad que se torna inseparable del deseo de transformación frente a los contextos de opresión. 

En el complejo escenario histórico global, donde las ultraderechas avanzan con su embestida negacionista y fundamentalista, menoscabando la existencia de nuestros Pueblos y comunidades con sus parámetros puristas,  debemos fortalecer las alianzas colectivas. Por este motivo, en pleno período de wüñol tripantü, con Yene Revista nos situamos desde la fuerza de las aguas para invocar los encuentros movilizadores, organizarnos y articular estrategias creativas para no dejarnos abatir por el desconsuelo, porque no estamos solxs. 

Comenzamos a trabajar en este número durante el año 2021. Para elegir el tema, organizamos diálogos colectivos con quienes nos han acompañado en estos ocho años del Colectivo Rangiñtulewfü: pu wenüy, organizaciones, poetas, pensadorxs, compañerxs, artistas y confidentes que han formado parte de nuestros procesos políticos. Sin embargo, ese año nos enfrentábamos a un escenario diferente, todo giraba en torno a la discusión de una nueva constitución. Luego vino el fracaso, el duelo y la reflexión crítica ante la contingencia. 

Hoy, después del justo período de pausa para recobrarnxs y dar continuidad a nuestro proyecto, hemos vuelto fortalecidxs de newen. Reivindicamos ese sosiego necesario para observar detenidamente el momento enrevesado que lamentablemente debemos enfrentar, porque no podemos quedarnos en silencio ante la realidad: nuestros derechos, nuestras vidas están en permanente peligro. 

En este nuevo oleaje y en consonancia con ese deseo colectivo que se levanta frente a las derrotas, presentamos el külachi número de Yene Revista, nominado: Küme mongen. Convocatoria que engarza textos, voces, imágenes y reflexiones desde Wallmapu, Abya Yala y el territorio diaspórico. En nuestros caudales se encuentran Sofía Tapasco Ramírez, Victoria Maliqueo Orellana, Julieth Micolta, Movimiento por el Agua y los Territorios,  Aldir Polimerys, Dionise Vargas Bustos, Intimidad Corpórea,  Wilkellys Pirela, Deinar Ramírez Pascuas,  Imprudentes Teatro y Liliana Ancalao.   

Finalmente, queremos anunciar que este será nuestro último número temático. Yene cambia el ritmo de su navegación para proponer publicaciones permanentes, con la necesidad de aportar propuestas y reflexiones ante un mundo que acelera sus discursos y despliegues de odio. Consideramos que es urgente volver a pensar y accionar en colectivo, aunque en ocasiones nos resulte difícil debido a los tiempos neoliberales; es la única posibilidad de combatir la abulia y el desencanto. Ante el contexto actual, no podemos permitirnos la pasividad. Más que nunca, es necesario disputar la desolación con una movilización cotidiana, con sensibilidad, con comunidad. 

Desde nuestro Colectivo Rangiñtulewfü y Yene Revista, estamos dispuestxs a ser puentes entre mundos, a ser un punto de encuentros, un entre de coexistencias y refugios. En plena espera del pukem, les invitamos a sumergirse en las aguas libres del Küme Mongen, sean bienvenidxs.