Se me fue otra lamngen y lloré,
lloré por ti lamngen,
lloré las noches y mis pewma lloraban también.
Emilia Milén,
Emilia Milén,
tu nombre resuena,
lamngen mi lamngen.
Te lloré ñañita bella,
lloré por los cuerpos consumidos en la lucha,
juzgados por ser cuerpos.
Lloré por la sangre que se esparce y no descansa.
¿Cuántos árboles más caerán?
¿Cuánta tierra más alambrarán?
¿Cuántos lagos más secarán?
Salió el intendente a declarar,
y con él,
y con él sale el presidente,
y con él sale la yuta,
y con él salen los cuicos, condominio y jueces;
con él salen las justificaciones, los atentados, las violencias;
con él los casos aislados,
y el rigor de su ley.
Sale la historia repetida y podrida, afirmando que la culpa.
Nuestros cuerpos nacieron con culpas
colonas.
Lamngen hoy te lloro y te grito,
te grito con pena y rabia.
tu nombre resuena,
lamngen mi lamngen.
y así,
una vez más los cuerpos,
una vez más la tierra,
una vez más los cuerpos que mueren en la tierra de las fronteras
(de tus fronteras)
…y el por qué las fronteras?
En estas noches de llanto me pregunto:
¿Dónde están las fronteras entre el poder y los cuerpos?
luego pregunto:
¿qué cuerpos?,
porque los cuerpos no todos los cuerpos son cuerpos, no todos los cuerpos mueren
con balas.
y me pregunto:
¿por qué las balas?
y me respondo por los extranjeros pinos, me respondo por los eucaliptos, respondo por los condominios privados de la élite, por mansiones a la orilla del lafken.
Y luego la historia,
¿dónde queda la historia?
porque esto ya lo escuché,
pacificación con armas y leyes que las protegen.
Y me pregunto,
ahora:
¿cuándo acaba esta pena colona?
weichafe,
weichafe,
lamngen no está sola gracias por luchar,
lamngen no está sola,
descanse nomás.
Pienso en nuestros cantos y las penas,
tantas penas,
casi más que dolores.
Las penas se piensan y viven en el cuerpo.
Se alojan en recuerdos y en el día a día,
en ocasiones se transforman en rabias.
¿Cuántas rabias ha habido en nuestras cuerpas?
Cuerpas que se arman en fronteras de dolores y prohibiciones
eso lo supiste lamngen,
eso lo viviste lamngen.
Rejas y alambrados con papeles inventados.
Leyes que abusan de los cuerpos ajenos normando sentires, administrando bienes y placeres.
Quieren que no hablemos
Quieren que no luchemos
Quieren que no lloremos
Quieren que no gritemos.
Leyes que me matan por la razón o la fuerza.
Matan mis razones.
Matan con la fuerza.
Emilia Milén
Emilia Milén
tu nombre lo grito con brillos y tacos,
tu nombre lo grito con afafan:
Emilia Milén,
Emilia Milén,
tu nombre resuena,
lamngen mi lamngen.
…y si las mentiras declaradas fueran correctas,
y si las mentiras fueran correctas,
si tus mentiras fueran correctas,
¿se justifica matar a pu lamngen?
¿se justifica matar a pu lamngen?
¿se justifica matar a pu lamngen?
¿ahí se justifica su muerte?
¿ahí se justifica su partida?
Entonces me queda claro que tus leyes no son más que excusa de nuestras muertes, argumentos de nuestras heridas, justificaciones de las caídas.
Emilia Milén
tu nombre resuena
lamngen mi lamngen.
Hay llantos que nacen en una napa de nostalgias recorren la tierra y llegan al mar,
pero así,
después del llanto sigue la memoria,
después del llanto sigue la lucha.
Emilia Milén
tu nombre resuena
lamngen mi lamngen.
En memoria de todos lxs cuerpxs del pueblo odiadxs, maltratadxs
y culpadxs en memoria de nuestro territorio robado.
David (Vicho) Coñoman Romero
Mapuche-Champurria. Nació en Santiago waria producto de la migración forzosa familiar. Trabaja en torno a escrituras de sensaciones champurria, luchas y resistencia a los territorios impuestos. Miembro del Colectivo Rangiñtulewfü y del Colectivo de arte Uno1. Trabaja como Profesor de lengua y literatura, además de ser investigador en el área de Innovación Curricular.
Intervención de imagen: Paula Baeza Pailamilla
Una respuesta a «Lloré por ti lamngen»
Da pena, da nostalgia, pero este texto hermoso de David (vicho) Coñoman nos muestra un poder y una resistencia desde la escritura… muchas Gracias por compartir
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