Primer recuerdo,
abro mis ojos a medio ver,
hay un flash ahí,
así suele partir esa primera mirada…
Miro al techo y me pregunto
¿Podré ser ese que sueño todas las noches frías de este último mes?
Mi pie, veo más chueco el dedo meñique.
Me levanto y voy a la calle,
pienso en Beyoncé,
escucho,
¿a ella le pasará lo mismo que a mí?
Dentro de las situaciones que vivimos a diario los cuerpos migrantes, además de querer vivir tranquiles, está ese pensamiento de cómo debo sobrevivir. Creo que es un pensamiento tan propio como individual pero, a la vez, compartido por varios seres viajeros. Desde ahí el sobrevivir es una de las variantes del “buen vivir”, pues pienso que este tiene muchas formas de existir, todas ellas vinculadas, finalmente, a la práctica del estar bien.
El estar bien, es una forma de vida, que en ocasiones está condicionada a la mirada que tiene el otrx de los cuerpos distintos. Ante esas escenas cotidianas, en los cuerpos diversos, pienso en los momentos y la decisión de cómo resuelvo estas violencias, en el cómo decido: estar bien o el tener un buen vivir. Aunque suene similar, hay diversas luchas en esos espacios de dudas. En esa tensión de sobrevivir y la búsqueda constante del ¨buen vivir¨, pienso que para mí, la acción está en los pequeños detalles que generan cambios, como la simplicidad de la acción física nos permite disfrutar desde otras perspectivas.
Vivir en un mundo que te exige a diario qué y cómo debes ser, para ser “alguien”, es agotador. Por eso me alejo y, en ocasiones, me encierro y escucho música y pienso que soy parte de un mundo de baile. Hoy creo que el buen vivir parte desde la simplicidad de las cosas, de ese vivir bien con deseos internos o externos de sobrevivencia en una sociedad neoliberal que es resistente a la migración de sus pueblos.
La música y la danza, son parte de las simplezas que coexisten en nuestra cultura, comprender que hay formas o permisos para escapar, da una posibilidad de bienestar. Pienso en esa mariconga que de pequeñita escuchó alguna música pop, esa que le mostró una manera de manifestarse, hasta llegar a creerse una diva del pop, y con ese refuerzo a afrontar este “buen vivir”, te invito a pensar en ese momento, en esa simpleza.
Jesús Antonio Ramírez Manrique, mi padre, un día me dijo: “los objetivos no son tan importantes como el vivir”, creo que esas palabras me permiten pensar en el ahora, en las felicidades más próximas. De esta manera, desde mi identidad migrante, marikona y sudaka, sé que habito en una vida de complejidades; una vida llena de dudas y rechazo. Así, con todo eso, hoy elijo vivir bien con las cosas simples, habitando espacios danzantes de ternura y algo de pop, planeando vivir bien diariamente.
Video arte
Creador – Intérprete Deinar Ramírez
Dirección: David Coñomán Romero
Asistente de cámara: Mo Miqueas
Edición Musical: Aurelio Coñomán Romero
Deinar Ramírez Pascuas
Colombiano bailarín, actor , performer y coreógrafo. Codirector del Colectivo de Arte diaspórico UNO1. En sus creaciones ahondan temáticas y discusiones sobre lo migrante, indígena y queer. Intérprete del Colectivo activista y disidente Guerrilla Marika.
Yene revista 