En honor a los seis compañeros asesinados en el territorio mixteco donde habita la cineasta y el pueblo que han dado vida a esta película.
Valentina o la serenidad, el segundo largometraje de Ángeles Cruz, es una mirada mixteca sobre el dolor que produce el duelo y cómo, frente a él, hace camino el corazón de una niña y su comunidad.
La reconocida cineasta propone un universo fílmico desde y con Villa Guadalupe Victoria en su natal Oaxaca. Esta inmersión en el pueblo de la mixteca alta es generosa en imágenes, movimientos y sonidos que hacen sentir lo rugoso de los troncos de pinos, el caminar de las hormigas y la fuerza del río. Comparte, además, el territorio de los ritos y símbolos propios de la pequeña comunidad mixteca que habita, componiendo una ficción que invita a surcar emociones poderosas.
“Toda la comunidad es tu crew”
Una de las dimensiones que porta gran fuerza en el trabajo de la cineasta es la relación con su comunidad. El enraizamiento del cine de Ángeles Cruz en su pueblo comprende la participación de sus habitantes en todo el proceso de la película, comenzando con la asamblea comunitaria que en esta ocasión aprobó por unanimidad que el rodaje de Valentina o la serenidad se realizara en el territorio.
Esta decisión de trabajar en Victoria tiene sus implicancias. Ángeles comenta su compromiso y cómo piensa este trabajo comunitario: “Yo elijo trabajar con mi comunidad por toda esta resonancia, por todo el acompañamiento a las decisiones que se toman al realizar la película. Toda la comunidad es tu crew, todos trabajamos en pro de un proyecto que consideramos de la comunidad. En ese sentido, trabajamos muy duro en bajar los fondos necesarios para pagar a quien participa, para mí esto es dignificar nuestro trabajo”.
Este involucramiento de la comunidad en las películas de Ángeles, es un proceso que comenzó hace más de diez años cuando en 2011 se realizó el rodaje de su primer cortometraje La tiricia o cómo curar la tristeza, película con la cual obtuvo una serie de reconocimientos, incluido el Ariel a mejor cortometraje. En ese entonces, los habitantes de Villa Guadalupe Victoria fueron parte del reparto y de una serie de trabajos que realizaron y que han ido profesionalizando en las cinco películas que la también actriz, guionista y productora ha realizado en el pueblo.
La actriz Myriam Bravo, que ha estado presente en todas estas producciones en diversos roles, protagonizando la mayoría de las películas, es además una de las productoras de Valentina o la serenidad y tiene una mirada sobre este proceso:
Valentina y el protagonismo de niñas y niños
Desde La Tiricia o cómo curar la tristeza, Ángeles Cruz ha trabajado con niñas y niños de la comunidad. En el caso de este segundo largometraje la protagonista es Danae Ahuja Aparicio, oriunda de San Miguel el Grande, Tlaxiaco, Oaxaca. Luego de un proceso que incluyó talleres y juegos, Danae se convirtió en la protagonista de la película.
En el estreno mexicano de Valentina o la serenidad en el 21º Festival Internacional de Cine de Morelia, ella estuvo presente junto a sus hermanas y padres, y se refirió a su participación en el film que comenzó cuando ella tenía siete años. Durante la conferencia de prensa que dio el equipo de la película, Danae señaló que se sintió muy feliz en la película: “Nos hicieron unos talleres para hacer una práctica, a veces yo era Valentina, a veces era otra niña, nos fuimos turnando, y luego quedamos Pedrito y yo. Él me ayudó para que yo no mirara a la cámara, yo siempre miraba la cámara. Me gustó la película.”
El miedo y la serenidad
Según señaló Ángeles en Morelia, la primera idea el guión fue el miedo. En 2020, y producto de la pandemia, la sensación de que en cualquier momento se podría perder a alguien amado fue muy fuerte para la directora mixteca. Ella comentó que a los nueve años perdió a su padre en un accidente y que hoy le “presta” esa experiencia a este nuevo trabajo cinematográfico: “Ahora, en lugar de irme a esconder como hice de niña, escribí un guión. Tuve la necesidad de hablar de la muerte”. Luego, entrevistó a niñas y niños de la comunidad que habían enfrentado procesos de duelo y se dio cuenta que era la primera vez que hablaban de ese hecho.
Sobre la película comenta: “Danae se adueñó de Valentina, luego todo el equipo suma a la historia, primero es el guión, la semilla, y luego desde un lugar creativo se suman todos, todo el equipo. La película toma su propio camino”.
Para el estreno nacional en México de Valentina o la serenidad asistieron más de veinte personas del equipo de trabajo de Ángeles. Una de las encargadas de la música de la película, Alejandra Hernández, también compartió lo que propuso en relación al dolor y al duelo: “En la música empezamos juguetonamente y luego entramos a una atmósfera de una oscuridad indescriptible que es el dolor que sentimos, que no podemos expresar ni entender y que se va poco a poco transformando hasta llegar a un clímax donde, de alguna manera, podemos soltar esa pena y ese dolor, y luego regresamos a esa primera música y es como decir otra vez estoy aquí, se va desarrollando y se vuelve serenidad”.
En mayo de este año se produjo el asesinato de tres habitantes del pueblo Lázaro Cárdenas, Mixteca alta, Oaxaca, México, con media docena de heridos, casas incendiadas, escuela destruida. Antiguos problemas de tierra han producido esta violencia que sigue impune. El pueblo exige que se capture a los culpables y se haga justicia.
Sin embargo, esto no ha ocurrido y el miércoles 22 de noviembre pasado hubo una emboscada donde fueron asesinados los compañeros: Gabriel Cruz Ortiz – Agente Municipal de Lázaro Cárdenas, José Pérez Mendoza – Agente de Guadalupe Victoria y Román Cruz Murillo, hermano de la maestra Ángeles Cruz.
Desde el colectivo Rangiñtulewfü y su revista digital YeneRevista expresamos nuestras condolencias y cariño hacia Ángeles Cruz y su familia, hacia la comunidad de Villa Guadalupe Victoria y desde el Wallmapu, el sur mapuche, nos sumamos a la exigencia de justicia.
Este contenido fue realizado por Ange Cayuman, Fernanda Agüero, Paula Baeza Pailamilla y Tania Araya.
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